México, México. ...

Hablar de la comida mexicana es hablar de una de las raíces principales de la gastronomía latinoamericana. Mi viaje lo inicié con la mayor de las expectativas y en un gran porcentaje fueron satisfechas. Lógicamente como cocinero busco la mezcla entre lo autóctono y la fusión, México ofrece esa justa proporción en donde podemos conseguir una excelente gama de oferta callejera con sabores frescos del día a día y en donde la cultura por este consumo no tiene nada que envidiar a los mercados asiáticos. El aferrimo amor por lo tradicional hace que la exigencia en la calidad de lo ofrecido sea esepcional.  Probar la auténtica comida mexicana transcendental mente extrasensorial los olores, sabores, colores y y sonidos son fascinantes.  La variedad de salsas y chiles te lleva de un extremo al otro de tu mente. La variedad de combinaciones hace inexplicable como se conjugan en tu boca. Tacos de carne enchilada, con salsa verde, lima, cilantro y cebolla fresca es alucinante. La combinación de marlin con salsa de chile ahumado y un trago de mezcla con naranja y sal de chapulin o gusano es algo que abruma. La mezcla franco mexicana en sus ceviches, cazuelas de mariscos combinadas con semillas de eneldo o mejillones con manteca de échalotes me dejaron sin palabras. No puedo dejar de nombrar el tuétano con pulpo a la parrilla servido con tacos de maíz azul y la copa de ostras al estilo bloody Mary. Me faltaron muchas cosas que  probar, pero en mi próximo viaje no dejaré de ir al mercado de San Juan y alucinar con sus productos.  No quiero dejar este post sin nombrar el nopal y los insectos en tequila muy buenos, no hay que dejar de probarlos. Como cocinero viajar y aceptar las costumbres en las distintas culturas así como animarse a probar todo lo que vemos es la única forma real de enriquecer nuestra cultura gastronomica














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