Experiencia Dakar




Durante los últimos 5 años he participado y disfrutado de la competencia automovilista más exigente del planeta el Rally Dakar, pero no compitiendo sobre un vehículo sino frente a los fogones. Que desde el punto de vista de los entendidos después de los competidores, la alimentación es la posición más difícil de la carrera.



Todo comienza unos meses antes de la largada en donde comenzamos a ver todo el menú, pero la perspectiva de esta observación no es solo gastronómica tenemos que ver desde el clima, la altura, el avance de la competencia y nuestras limitaciones en cuanto a equipo, ya que esto no es un detalle menor, imaginen tener una cocina de regeneración y producción, tanto fría como caliente, en dos contenedores de 40 toneladas, estas unidades tienen que suministrar alimento para más de 2000 personas las 24 hs durante 15 días.



Luego más cerca de la fecha se comienza con la evaluación de los proveedores y las mejores alternativas del mercado de los distintos países que participan, preparaciones previas a la degustación final hecha por el cliente. En esta última se define los platos finalmente, la presentación, gramaje y la frecuencia.
Llegado el momento todo se va preparando y tenemos que ir definiendo que merece arreglo y la definición del menaje, que?, cuánto? y en donde se va a llevar; todo esto acorde al menú definido anteriormente.



Llegado el día de inicio se suman todas las emociones y expectativas, llegan todos los amigos y caras nuevas, los grupos al arribar al lugar de inicio comienzan las separaciones, nos dividimos y vemos con quienes vamos a trabajar en la cocina, estos grupos se dividen en 3 grandes lotes, mañana, noche y avanzada.
Mañana: cubren parte del almuerzo y gran parte de la cena
Noche: cubren parte de la cena y el desayuno.
Avanzada: van un día adelante y se encargan de atender parte del desayuno del grupo que llega al próximo bivouac y arma todo los controles de rendimiento, cuenta la existencia y alerta de novedades, así como parte de la mise en place.



Una vez con la tropa alistada comienza toda la estrategia y sobre todo conocernos, ya que de aquí en 19 compartiremos la acción más intensa de trabajo llevando nuestros cuerpos y cabezas al límite. Después de varios ensayos comenzamos a ir subiendo el ritmo, suele ser agotador estar tantos días en el mismo lugar, pero después de 5 años me estoy convenciendo que es necesario. Luego de un momento para otro inicia, sube de la nada y aparece el tropel, pasamos de dormir 7 horas a 4 y comenzar a viajar.



Ya en movimiento nos levantamos muy temprano entre las 4 y las 5 de la mañana desarmando las carpas y recogiendo todo para el próximo campamento. Al llegar la avanzada tiene todas las novedades y adelantos del almuerzo y la pasta, lo cual no es poca cosa entre 120 y 150 kilos por día, los cuales hay que hacer en un camión y sin usar agua corriente sino mineral en botellones de 18 litros. Una proeza espartana. El almuerzo del día sigue y comenzamos a trabajar en lo que falta del día a una temperatura ambiente, la mayor parte del tiempo no menor a los 40 grados no así en la cocina la cual sube un poco más. La hidratación es fundamental agua, Red Bull y cualquier cosa que te de ánimo para llegar al final de la jornada. La cena normalmente inicia a la 7 y si hay que hacer fuego ya a las 6 comenzamos. No nos olvidemos que son 2200 personas y tratamos de minutear todo lo que podamos para que el producto final sea de lo mejor; no menor es el esfuerzo de la línea de servicio que después de mucho trabajo y cansancio ponen lo mejor de ellos y regalan la más cálida sonrisa y buena disposición.

Nosotros en el backstage no paramos de correr con los productos cocidos al fuego y por último dejando la cocina en condiciones para el próximo grupo (la noche de 10 pm a 10 am).

Ya finalizado el turno debemos regular las fuerzas, revisamos el menú al día siguiente y vemos la mejor estrategia para optimizar y ver cuáles fueron los problemas que tuvimos en los días previos. Además de evaluar las condiciones del equipo humano y la relación entre los mismo, que en mi opinión es lo más importante, sin esta mística de trabajo sería imposible encarar el desafío. Al final terminamos comiendo juntos, ducha helada (muy muy fría, pero necesaria) y fogón. Esta última parte, para mí en particular, es de suma importancia ya que es el momento de bajar las revoluciones y resetear un poco la cabeza para ir llevando con calma lo que nos aguarda.

De este modo van transcurriendo los días hasta llegar al último servicio donde te invade una sensación, que yo llamo depresión post parto, que es entre alegría por la meta alcanzada y un poco de tristeza por ver el fin de una aventura y saber que va a costar un montón volvernos a juntar con los AMIGOS con los que vivimos muchas anécdotas, pero todo tiene su final y así debe ser, nos queda  innumerables paisajes en la parte trasera de la cocina, aventuras, equipo y amigos. Una olla de presión que nos prueba hasta donde podemos llegar y de que somos capaces, para mi sigue siendo mi cuota anual de adrenalina y amistad que aunque pase mucho tiempo no voy a olvidar,

Experiencia inigualable.
Adelante Dakarius.
































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